El patio de recreo es un espacio de juegos, diversión y descanso, pero también puede ser un lugar donde surgen conflictos o donde algunos niños se sienten solos. Para fomentar un ambiente inclusivo y armonioso, muchas escuelas están implementando un programa educativo de alumnos mentores, donde estudiantes voluntarios ayudan a resolver conflictos, acompañan a quienes lo necesitan y promueven el compañerismo entre todos.
Este programa permite que alumnos mayores, previamente formados, se conviertan en mentores durante el recreo. Su labor es escuchar, mediar en disputas, apoyar a compañeros que necesiten ayuda emocional y acompañar a quienes pueden sentirse aislados. Así, el patio se convierte en un espacio seguro y acogedor para todos.
